¡Dedicado a ti, Señor! Gracias por permitirme conocerte.
Pensaba conocerte,
de ti siempre hablaba
Sin embargo, en las noches,
de ti me olvidaba.
Pensaba yo amarte,
al mi mano extender
a un hombre con hambre
y darle de comer.
Pensaba yo seguirte,
y andar por tu camino
pero en mi corazón,
había otro destino…
Un día en mi aposento,
mis rodillas yo doblé
Fue allí entonces
que tu voz yo escuché:
«Lo importante es que ames»
Me dijiste, y temblé
«Si me amas, entonces,
Me podrás obedecer»
«Lejana no está mi palabra,
Ni es difícil lo que te pido
Si en ti hay humildad,
Si tu corazón está rendido»
«Enséñame tu camino»,
Te dije casi desmayando
Dijiste, «Mira a mi Hijo
Mi Promesa, Mi Amado.»
¡Lo veo, Señor!
Es hermoso y sin igual
Pensaba conocerte…
Más hoy te veo, de verdad.
Paola Cristina