Cuando Lito me dijo que mi colaboración en Pote de Sal sería acerca de adoración, honestamente me alarmé un poco. «¿De qué voy a hablar?” y “¿cómo lo diré?» fueron las primeras interrogantes que se cruzaron por mi mente. Luego de eso comencé a esperar a que Dios me dijera de qué sería este primer escrito. Estaba en una reunión de mi trabajo, y la gerente dijo: «la realidad es que fallan en las cosas básicas, quieren complicarlo más de lo que es y fallan.» En ese instante mi mente dejó de estar en la reunión para escuchar a Dios decirme que de eso exactamente era de lo que quería que hablara acerca de la adoración: volver a lo básico.
Cuando se habla de adoración, en este tiempo, rápidamente se piensa en música, en canciones, manos alzadas y lágrimas. No me malinterpretes, esto es parte de la adoración, sin embargo, es solo una de las infinitas maneras de adorar al Padre. Las canciones son lindas, la música apela a nuestras emociones, las manos y las lágrimas son demostraciones físicas de lo que adentro pasa. Sin embargo, ese es el detalle, todo eso es una reacción a lo que en realidad es adorar. Estaba con mi mejor amigo hablando de adoración y me dijo «sabes, adorar no es otra cosa que amar a Dios al extremo.» Eso se quedó en mi mente y entendí que es la raíz de toda adoración.
“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” (S. Juan 4:23 RV60)
Un domingo mientras adoraba a Dios me miré alzando mis manos a un Dios que está en lo alto y sentí como ese Dios me decía: «¿qué haces?, si estoy aquí.» Queremos buscar a Dios en los cielos, en las alturas, y en las profundidades espirituales, pero la realidad, LO BÁSICO, es que Dios vive en ti.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20 RV60)
Mientras escribo esto, en realidad me hablo a mí misma, porque por un tiempo de mi vida hice de la adoración algo específico: cantar. Más las canciones no son nada si el corazón no vive postrado ante su presencia. Y me di cuenta que fallé en lo básico; me preocupaba por cantarle lindo en lugar de ocuparme en amarle bien.
Volver a lo básico significa volver a la sencillez de amar a Dios honrando su nombre, siguiendo lo que nos dice su palabra y escuchando lo que Él tiene que decir. El mayor acto de adoración es la obediencia a Dios; actuar y accionar según lo que Él quiere de nosotrxs aunque duela, aunque sea difícil y aunque no lo entendamos. Adoración es no entender lo que Dios hace y aun así obedecerle, sabiendo que cuando Él quiera que entendamos lo haremos.
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” (S. Mateo 16:24 RV60)
«Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.» (S. Mateo 22:37 RV60)
¡Sean Bendecidos!
Bianca Paola
© 2016 Pote de Sal
Dtb poderoso ese escrito, sigue hacia adelante !!!!! Lo voy al compartir con el equipo de adoración de mi iglesia. Bendiciones !!!
¡Muchas gracias! Me alegro de que haya sido de bendición y gloria a Dios por eso.
Dios los continúe bendiciendo.
-Bianca Paola
¡Hermoso! Me uno a la expresión de tus palabras. 🙂