Estoy segura que algunos de ustedes al leer el título pensaron automáticamente en dinero. Otros, fueron más allá, y concluyeron que este escrito hablaría sobre finanzas. Sin embargo, nada más lejos de la verdad. Hace unas semanas, he estado meditando particularmente en un tema, y lo consideré idóneo para venir a ser mi primer escrito en este blog.
Quiero comenzar a desarrollar el tema, señalando lo siguiente: toda persona posee uno o más don/es (Efesios 4:8); Así mismo, aquellas personas quienes aceptan a Cristo como su único Señor y Salvador, en adición, reciben dones espirituales. ¿Qué es un don? De la forma más simple, un don es un regalo (habilidad para hacer algo; rasgo característico). La Biblia desglosa en varios pasajes del nuevo testamento lo que son los dones espirituales. Por ejemplo, 1 Corintios 12:8-10 (TLA) dice: “A algunos, el Espíritu les da la capacidad de hablar con sabiduría, a otros les da la capacidad de hablar con mucho conocimiento (palabra de ciencia), a otros les da una gran confianza en Dios (fe), y a otros les da el poder de sanar a los enfermos. Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad de hablar de parte de Dios (profecía). Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir a los espíritus falsos (discernimiento). Algunos pueden hablar en idiomas desconocidos (lenguas), y otros pueden entender lo que se dice en esos idiomas.”
Mientras leías esta lista de dones, lo más seguro ibas haciendo un “check list” de los dones que posees o crees poseer. Cabe destacar que hay personas que poseen más de uno, hay otras que piensan que tienen uno, y por otra parte, están los que piensan que no tienen don alguno. Sin embargo, si aceptaste a Cristo como tu salvador por lo menos debes poseer FE. Dios mismo te ha regalado la capacidad de creer, aun cuando tus ojos no puedan ver (Hebreos 11:1).
Así mismo, como podemos identificar qué don poseemos y qué don nos fue entregado; podemos reconocer la responsabilidad que junto con esto/s cargamos. Cuando anhelamos cumplir la voluntad de Dios para nuestra vida, es esencial, servir al prójimo, edificar el cuerpo de Cristo y administrar sabiamente el/los don/es que hemos recibido. Nótese que una persona que desea ser responsable con el don recibido, es una persona que renuncia a su voluntad, para ir por la voluntad de Dios. Al mismo tiempo, en esa vida se manifestará una renuncia inquebrantable al yo, para dar paso a lo que Dios desee hacer por, en y a través de la persona. Cabe destacar que la renuncia duele, aqueja, cuesta y en ocasiones hasta PESA… “Hay días en que quisiera no acordarme más de ti ni anunciar más tus mensajes; pero tus palabras arden dentro de mí; ¡son un fuego que me quema hasta los huesos! He tratado de no hablar, ¡pero no me puedo quedar callado!” Jeremías 20:9 (TLA). El profeta Jeremías sintió de mil y una forma lo que yo le llamo el “peso del don”. Él tenía sus pies en la tierra, pero sus oídos conectados al corazón de Dios. Debía ser hermoso experimentar la conexión que Dios tenía con él, pero a su vez era muy doloroso el soportar la forma en la que el pueblo recibía el mensaje de Dios por medio de él. La gente no lo odiaba a él, la gente no lo menospreciaba a él, la gente no lo rechazaba a él. La gente odiaba, menospreciaba y rechazaba la manifestación del don que él había recibido.
Tal vez tu don no es el de profecía, pero es el de discernimiento. El Espíritu Santo te permite discernir, ver más allá de títulos, de puestos, de apariencias y quisieras seguir creyendo lo que antes pensabas de esa persona, pero ya no puedes, ya Dios te mostró, y te pesa el poder ver más allá, porque sufres grandes desilusiones de la gente que parece, pero en realidad no son. Sin embargo, de cuanta gente falsa te has librado; el discernimiento te ayudó a verle a tiempo “la aleta al tiburón”. Probablemente, lo que tu posees es el don de ciencias, y en tu caso lo que ha sucedido es que personas han querido hacerte pensar que “hablas en la carne” con tal de no aceptar o creer lo que el mismo Espíritu Santo te ha revelado. Por otra parte, el tuyo podría ser la fe, o el de sanar enfermos o el de hacer milagros y te topas con tantas personas negativas, que dicen creer en Dios, pero en realidad NO LE CREEN A EL (Mateo 13:58). Y sufres y te duele ver cómo la gente se destruye a sí misma y entre sí. Le hablas con palabras de sabiduría, pero no tienen la capacidad de entender (Mateo 13:14-17), y muchas veces te frustras. Sin embargo, nada más gratificante que el saber que a Dios le place usarte para Su Gloria.
Cada regalo (don) que él te entregó, te lo confió porque él sabe que tú tienes la fuerza y la capacidad para usarlo indescriptiblemente. Te costará lágrimas, rechazos, desilusiones, dolor, pero por otra parte te permitirá salvar vidas, reconstruir lo quebrado, sanar lo enfermo y herido, levantar al caído, ser la manifestación perfecta de Dios, por medio de un ser imperfecto. Cuando vez el panorama desde una óptica optimista y tomas todo esto en cuanta, no reprocharas más por lo que te sucede y comenzaras a entender que el peso que te ha tocado cargar es tan digno que con respeto te referirás a él como: Don Peso.
«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto» (Santiago 1:17)
¡Dios te continúe bendiciendo!
De tu amiga y hermana:
Jennifer Maurás-Rivera, Ph.D.
“¡Con orgullo cargo el peso de mi don!”
*Referencias citadas:
Efesios 4:8 (RVR1960)
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
Hebreos 11:1 (NTV)
La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.
Mateo 13:58 (RVR 1960)
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Mateo 13: 14-16
Así se cumple en ellos lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías: “Esta gente, por más que escuche, nunca entenderá; y por más que mire, nunca verá. 15 Pues no aprende ni piensa, sino que cierra los ojos para no ver, y se tapa los oídos para no oír. Si hiciera lo contrario, entendería mi mensaje, cambiaría su manera de vivir, ¡y yo la salvaría!” 16 »Pero a ustedes, mis discípulos, Dios los ha bendecido, porque ven y escuchan mi mensaje.
© 2016 Pote de Sal
Excelente Jennifer, seguimos creyendo que el Don Peso hará que el propósito de Dios se siga cumpliendo en mi vida. Finalmente todo obra para bien para los que creemos en Cristo Jesús, y los pensamientos que tiene para mí son de bien y no de mal. Por eso afirmo que toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de Dios.
Ameeen Pastora!!! ¡¡Así mismo es!! ¡La amo mucho! ¡Con orgullo cargamos el peso del don!
– Jennifer