Antes de ser acusado como hereje, quiero explicar la razón por la cual he expuesto el tema “Los hijos de Jesús”. Para el tiempo de Jesús, quien era considerado como un Rabí (Maestro), sus discípulos se les veía socialmente como sus hijos. Así que, en base a la perspectiva sociológica de Jesús, sus doce discípulos eran sus hijos. [Para fundamentar lo que digo pueden leer Juan 13:33; 1 Juan 2:1; 3:18; Gálatas 4:19].
Jesús, momentos antes de morir le dice a los sus hijos: “Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán, y lo que antes les dije a los judíos, ahora se los digo a ustedes: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.” (Juan 13:33 NVI). ¡Jesús acababa de llamar a sus discípulos hijos! No es una mala traducción bíblica, es una realidad de un maestro a su discípulo. Pero, Jesús en el capítulo 14:21-23, les asegura que no los dejará “huérfanos” (en griego, orphanous), porque Él les promete al Espíritu Santo.
Mira cuán importante es usted que me lee, que a sus discípulos, aquellos hoy día se sientan a aprender del Maestro leyendo las Sagradas Escrituras, son considerado hijos. No tan solo eso, es que la buena noticia es, cuando muere Jesús, los discípulos escondieron no tan solo porque había persecución, sino también porque se sentía huérfanos, su padre (maestro) había muerto.
¿Cuántas veces nos hemos sentido huérfanos? ¡Yo me he sentido así y soy pastor! Hay momentos que no vemos la presencia de Cristo en nuestra vida, ya sea porque no ocurre un milagro o porque está en silencio. Pero Cristo nos promete su presencia por medio del Espíritu Santo. La presencia del Espíritu Santo no excluye a Cristo, sino que hace continua su presencia en nuestra vida. Quienes son poseídos por el Espíritu Santo, tienen a Cristo.
Lo importante de esto es, ¡no estás solo/a! Tu proceso acabará. Cristo prometió estar contigo hasta el fin del mundo (Mt. 28:20), fue su última promesa en la tierra, tu soledad no es más grande que la presencia de Cristo. Mira a la cruz, es la mejor muestra de la presencia permanente de Cristo a través del Espíritu Santo en tu vida. Si eres un hijo de Dios, esto es para ti, tu Padre no te abandonará.
-Pastor Peter Rivera Jr.
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