Estos días me estuve preguntando, qué hace la adoración en el mundo espiritual? Para qué nos sirve en tiempo de guerra espiritual, en medio de alguna dificultad?, etc. Siempre he escuchado que debemos adorar a Dios en tiempo difícil. Pero, para qué? Cómo eso cambia o afecta mi situación en el presente? Orando y pensando en esto, llegué al libro de Éxodo. Me fijé en una de las historias y hazañas del pueblo de Israel. Los israelitas fueron procesados por Dios en el desierto, van tras una promesa, la tierra prometida, y en el transcurso del viaje surgen varias interrupciones en las que tienen que enfrentar pueblos enemigos. Estas batallas intentan detener su avance y que el pueblo muera en el desierto y no llegue al destino prometido por Dios.
En una ocasión se enfrentaron a los amalecitas. El ejército de Israel se reunió en batalla y comenzó a pelear contra el pueblo enemigo. Cuenta la historia que Moisés junto a dos líderes subió a lo alto de un mote llevando consigo su vara. Sucedía que mientras Moisés levantaba su mano en alto el pueblo prevalecía contra los amalecitas. Aarón y Hur levantaban las manos de Moisés cuando este se cansaba, porque si las bajaba el pueblo enemigo era quien prevalecía contra ellos. Así, hasta que no hubo acabado la batalla, Moisés no bajó sus manos y el pueblo obtuvo la victoria. (Éxodo 17: 8-16)
Analizando esto, vi muy claro el poder y el efecto que tiene la adoración en un tiempo difícil. Sabemos que el levantar las manos es una acción y señal de adoración, de recibimiento y de victoria. Moisés con ese acto no solamente estaba adorando a Dios en medio de la batalla, si no que también estaba profetizando una victoria en base a lo que Dios ya había hecho en el pasado, derrotando a los enemigos y libertando a Israel de los egipcios con mano fuerte. Una vez más Moisés confío en que Dios peleaba por su pueblo y que le libraría de su enemigo porque Jehová estaba con ellos.
Es importante notar que Moisés no levantó sus manos vacías, sino que tomó lo que Dios le había entregado desde el principio de su llamado, su vara. Esto representa el regalo que Dios te ha dado. Tú, nombra el tuyo.
La vara es eso que haces para la gloria de Dios como adorador, ya sea cantar, tocar un instrumento, escribir, danzar o cualquier otra cosa. Ese talento que Dios te ha dado para que le glorifiques, no lo guardes, no lo escondas, no lo calles, mucho menos en tiempo difícil. Tómalo en tu mano y levántalo en tiempo de batalla, porque con esa adoración confundirás a tu enemigo. Dios usa tu adoración para confundir al enemigo (2 Crónicas 20:21-22). Satanás intenta con cada ataque callar tu adoración. No permitas que logre su objetivo. Recuerda que aunque estés viviendo momentos difíciles, Dios es quien pelea por ti y nada se escapará de su control. No calles, guerrero, adora. La adoración es tu canción de guerra.
Danamarie Ríos
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