Solo recordando

En estos últimos días entiendo que el mensaje de Dios para nosotros su iglesia ha sido acerca de un cambio de mentalidad. De un nuevo tiempo en el que nos invita a conocerle más profundo. Nos invita a llevar nuestra mirada al enfoque correcto pues una de las cosas que no exhorta la palabra es a que adoraremos con entendimiento.

Así que en este escrito quiero solamente refrescar un poco, cosas que ya sabemos acerca de la persona a la que adoramos. Esto nos ayudará recordar y a poner en perspectiva de qué se trata todo esto. Así que, ¿quién es Cristo?

Cristo es el agua y el pan de vida.

Si hay algo necesario para que el ser humano pueda vivir es el agua y el alimento. Cuando Cristo llega a la vida de alguien ya no necesita buscar en algo o en alguien alguna otra cosa que le llene. Cristo es suficiente.

Cristo es el camino, la verdad y la vida.

Cuando andas tan enamorado de Dios te das cuenta que todo lo que haces o quieres llegar a hacer, aún en lo secular, es para darle honra y gloria a su nombre. Me he topado pensando en todo lo que haría profesionalmente y en cuales serán mis metas de vida y todo coincide y conduce a vivir para y en Cristo. Y aún si no sabes realmente a dónde dirigir tu vida, contamos con su dirección, su voluntad que es buena, agradable y perfecta. He visto que él es el camino a todo. También veo que Él, en si mismo, es la verdad. Una verdad que a través del Espíritu Santo se nos revela constantemente y trae consigo, cada vez, un mayor grado de libertad en Él. Y todos los días me doy cuenta de que literalmente vivimos por Él. Él es vida.

Cristo es la promesa.

Sabes, no hay que esperar una vida entera para ver las promesas de Dios cumplidas. Nos dió a Cristo. En Él está contenido todo. Entiéndase la paz, el gozo, la esperanza, la salvación, todo. Vivimos en el cumplimiento de promesas porque le tenemos. Él es esa gloria postrera que nos ha prometido en su palabra. Esa promesa se nos ha sido entregada.

Cristo es la puerta.

Hace poco escuché una frase de alguien que admiro: “En Cristo no hay problemas de puertas abierta o cerradas, porque Él es la puerta” Así de simple.

Y pudiera seguir diciendo más… Él es tu porción, Él es tu fuerza, Él es tu consuelo, Él es tu amigo, tu ayuda, tu proveedor, tu torre fuerte, tu escudo.

En fin, lo que he querido lograr mientras lees esto es que sea cual sea tu presente, bueno o malo, hayas podido quitar tu vista de cualquier otra cosa; de ti mismo, de tu alegría o tu profundo dolor. Quiero que recordemos lo maravilloso que es nuestro Dios.

El salmista hacía esto frecuentemente y le hablaba a sus propias emociones cuando decía “Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. Acuérdate de dónde te saco….”

Entiendo que en momentos complicados cómo los que vivimos, este recordatorio o repaso es muy bueno y necesario. Así que hablemos más de Cristo. El único que tiene el poder absoluto sobre todo. Quien único puede trasformar y cambiar cualquier panorama. Al que adoramos por quien es. Al fin y al cabo, no se trata de nada más que de Él.

Danamarie Ríos

© 2018 Pote de Sal

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