Es realmente extraordinario cuando vemos muchas promesas cumplidas. Probablemente tus padres te prometieron cuando niño que irían al famoso parque Disney y así lo hicieron. Tal vez te prometieron un automóvil para cuando comenzaras la universidad. Puede que como a mí, cuando era pequeño, mis padres me dijeron que por cada nota excelente en cada uno de mis exámenes me darían un dólar. Cada vez me esforzaba por obtener una buena calificación y obtener ese dólar; que claro, para mí, tener un dólar me hacía casi millonario. Nunca dudaba de que mis padres cumplieran con su promesa. Siempre lo hacían.
Así mismo estoy seguro que Dios te ha dado muchas promesas, incluso la Biblia está llena de ellas. Puede que no las conozcamos todas, pero están allí. Además, es posible que hasta lleguemos a dudar de su veracidad. Hoy quiero, a través de este escrito, darte un ejemplo real y firme de que cuando Dios promete, cumple. Que cuando Dios decide decirte que hará algo, lo hará. Y que no debe haber espacio para la duda; nunca.
Noé era un hombre, que la palabra registra como varón justo, perfecto en sus generaciones y que caminaba con Dios. La historia nos cuenta que la tierra estaba corrompida delante de Dios, llena de violencia. Dice que toda carne había corrompido su camino sobre la tierra así que Dios, decidió el fin de todo ser e iba a destruirlos a todos con la tierra. Luego nos cuenta que Dios le dio instrucciones muy precisas a Noé acerca de la construcción de un arca. Además, instrucciones acerca de quienes iban a entrar y qué necesitaría para el tiempo adentro (ver Genesis 6 al 9).
Luego, en todos esos capítulos del Genesis, vemos como Dios pacta con Noé y le hace saber que siempre habrá una señal recordando ese pacto. La promesa de Dios a Noé fue que su arco iba a estar en las nubes recordando y anunciando que no habrá más lluvias que provoquen un diluvio ni destrucción con agua sobre la tierra.
En nuestros tiempos, miles de años después de esa promesa seguimos viendo ese arco en el cielo con hermosos colores. Y continuarán pasando los años y seguiremos viéndolo, nosotros, nuestros hijos, nietos y demás. Esa promesa sigue firme, veraz y literalmente toda persona la ve.
En cada momento que llegue la duda a tu mente, cada vez que pienses que Dios se olvidó de la promesa que te hizo, siempre que te esfuerces y pienses que no vale la pena hacerlo, ojalá y sea un día lluvioso, para que veas ese arco en las nubes y recuerdes que si Dios ha cumplido con Noé desde hace miles de años, también lo hará contigo.
Para terminar, un versículo bíblico que amo y que desde que lo encontré me ha sido muy útil: «Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra.» (Josué 21:45 NVI)
Bendiciones
Lito Alicea
Este artículo lo publique hace unos años en jacfm.com
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