
Mi nombre es Daina Liz, tengo 18 años y por varios años he tenido la bendición de ser parte del ministerio de adoración en la Iglesia Casa de Restauración Eliasib de la Pastora Carmín Pillot.
Poder compartir los dones y talentos que Dios me regaló, me han impulsado a continuar aprendiendo sobre nuestro Padre, pero también, me han llevado a numerosas autoevaluaciones.
Me explico: tú que estás leyendo este artículo, eres un adorador. Puede ser que en este momento estés en negación porque tal vez no eres cantante, o no tocas algún instrumento, o simplemente no tienes ningún conocimiento musical; pues hoy te vengo a decir que no estás solo, ya que muchas personas creen esto. Con gusto les digo que se equivocan (digo que es con gusto porque es aún mejor de lo que imaginas). He aprendido que la adoración va mucho más allá de la voz, del instrumento, y hasta del sistema de sonido; la adoración es un estilo de VIDA.
La adoración es el momento en el que le entregamos a Dios nuestro todo; es lo más que le podemos dar, ya que nada de lo que hagamos puede compensar todas las cosas que Él ha hecho por nosotros.
En lo personal, para mi es la forma en que puedo libremente ser yo delante de Él. Una de las cosas que me han llevado a ser de esta forma, es que comprendí que todo lo que logramos, los días que vivimos, son por gracia. Ésta es mi forma más sincera de presentarme ante mi Abba Padre y darle gracias, porque simplemente no merecemos las bendiciones que Él nos da día a día.
Pero como antes dije, esto va más allá de lo musical y es precisamente lo que quiero abarcar en mis artículos. Que todo lo que hagamos y seamos, sea para adorarle y glorificarle a Él; no hay necesidades de micrófonos… ni siquiera de palabras. Solo se requiere un corazón dispuesto, contrito y humillado, que deje que el Rey Soberano haga Su voluntad sobre todas las cosas.
Dios te bendiga,
Daina Liz