Estoy bien segura de que en algún momento de nuestras vidas hemos sentido angustia, ansiedad, miedo, temor, entre muchas otras emociones parecidas, en las que sentimos que no tenemos a donde ir ni a quién acudir. Quizá estés en uno de esos momentos mientras lees este artículo. Quiero decirte que no estás solo, pues hay muchas personas que en estos momentos están pasando también por un momento difícil. Hoy quiero traer refrigerio a tu espíritu con la palabra de nuestro maravilloso Papá. Como te dije anteriormente, no estás solo; y no lo digo solamente en el tiempo presente, sino que, en la biblia, tenemos ejemplos de hombres y mujeres que fueron procesados a través de una crisis, y la misma biblia nos muestra su vulnerabilidad y como Dios los fortalece y los utiliza a pesar de su vulnerabilidad.
Acompáñame a 1 de Samuel 22, en donde David se encuentra escondido en una cueva en Adulam, cuando fue perseguido por Saúl. Para David, esto fue un tiempo fuerte de su vida, ya que él respetaba mucho a Saúl, porque él también era un escogido de Dios; así que David al no querer herirlo huye. Ya dicho eso, quiero resaltar que la palabra Adulam significa refugio. ¡Que poderoso! Porque vemos que en Dios no hay casualidades. También podemos ver aquí, que el verdadero refugio de David no era la cueva, era Dios. (Ya pronto llegamos a la adoración, ya verás)
Dios quiere decirte hoy, que Él quiere ser tu refugio. Él quiere que te acerques y dejes todas tus preocupaciones delante de Su trono y que le adores. Otro ejemplo de este pasaje es que hay dos salmos que David escribió mientras estaba en la cueva: son los salmos 57 y 142. Es evidente en ambos salmos que él estaba afligido y abatido al principio, pero luego vemos cómo cambia totalmente el tono del pasaje a uno de gozo, fortaleza y adoración.
Ahora si llegamos a la adoración. Hoy quiero que te lleves estas dos cositas bien importantes que te van a fortalecer de una forma que ni te imaginas:
- Refúgiate en Papá. En tus momentos buenos y los no tan bonitos, que Él sea el primero en escuchar lo que hay en tu corazón. Toma el ejemplo de David; él iba delante del Padre, y no hay mejor lugar al cual podamos ir. Lo que Dios espera de nosotros es que vayamos a él en toda temporada de nuestra vida; así como un padre espera que su hijo vaya a él cuando está en aprietos y cuando está contento.
- Fortalécete en adoración. El Señor habita en medio de la alabanza (Salmos 22:3). Sé que puede parecer difícil, pero una vez abres tu boca, con un corazón sincero, vas a ver cómo Dios va a ir fortaleciendo tu espíritu y comenzaras a experimentar la paz y el gozo del Señor.
Oro para que el Señor haga descender Su paz sobre ti, y veas Su gloria, aún si estás en la cueva.
Refúgiate y adora a Papá.
Daina Liz
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