Él es mi 9-1-1

Comienzo contándote, que este escrito, no era el que tenía pensado publicar para esta noche. Dios pone un tema en tu corazón del cual vallas a hablar, y a veces en 24 horas lo cambia, como en mi caso. Ayer jueves, tuve una experiencia que me marcó emocionalmente, y espiritualmente trajo una enseñanza a mi vida. Te la narraré así:

Un jueves, como cualquier otro, salgo de cumplir mis horas en una clase en la universidad, contenta porque llegó el día— el día de regresar a casa. Por estudiar en otro pueblo, me veo en la necesidad de hospedarme, por lo que los jueves (días de regresar a mi dulce hogar), son los mejores.
En vez de ir directamente a mi casa, tuve que acompañar a mi mamá a su cita médica, porque necesitaba un acompañante. Luego de cuatro horas, mi mamá sale, dormida por la anestesia, y partimos a mi hogar.
Al llegar, le doy comida, la preparo para acostarse, y cuando todo parece estar bien, mi mamá empeora en salud. Empeoró, al grado de yo verme en la necesidad de llamar al 9-1-1 (Emergencia). Para mi sorpresa, los paramédicos llegaron rápidamente, como si hubieran estado cuatro calles más abajo, como si estuvieran esperando la llamada a mi emergencia en específico.

¿No te ha pasado, que en tu vida las aguas están calmadas, sientes paz y de repente las olas azotan y tu barca se ve en peligro? ¿Y que tal cuando necesitas ayuda, pero al parecer tu socorro no llega? Te cuento lo que una vez le sucedió a los discípulos, según la Biblia lo relata en Lucas 8:22-25.

Jesús y los discípulos se montaron en la barca para cruzar el lago. En el transcurso del viaje, Jesús se duerme y mientras dormía se había levantado una tempestad con vientos tan fuertes, que los discípulos pensaban que iban a perecer. Al ellos ver esto, llaman a Jesús desesperadamente, para que los salve. Jesús, viendo lo que sucedía, ordena al viento y a las olas que cesen; y así fue. Luego de esto, Jesús les hace una pregunta que todos los días debemos hacernos: «Donde está vuestra fe?»

Contestando la primera pregunta que te hice hace poco, ¿sabes qué es lo lindo y maravilloso de que tu barca esté en peligro?— que tienes a un Dios que está a una llamada al 9-1-1, cuando lo necesitas. Así de cerca como lo tuvieron los discípulos en ese entonces, así de cerca lo tienes tú, cuando estás en aprietos. Es tan puntual, que no llega 5 minutos antes, no llega 5 minutos después— el siempre llega a tiempo. En momentos de apuro, él está esperando tu llamada. Así que, ¿dónde está tu fe hoy? ¿Está por Neverland, en un lugar donde, según la historia de ficción, ni los niños crecen (y lo digo porque nuestra fe debe crecer continuamente), o está junto a ti, con los pies en la tierra, fomentada en la roca que es Cristo?

Ten calma. Así como tenemos el celular cerca en momentos de emergencia, en la tempestad y desespero, ten cerca la Biblia, y sobretodo la oración presente. Esa fue mi mayor herramienta. Una vez, un hermano en Cristo me dijo que «nada sustituye el poder de la oración.» El jueves, pude comprobar eso, una vez más. Dios es Fiel, el médico por excelencia, mi guía, mi pronto auxilio en tiempos de angustia. Él es mi 9-1-1.



Dios añada bendiciones a tu vida, día tras día.

Shirley

© 2016 Pote de Sal

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