Muéstrame la senda correcta, oh Señor; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.
Salmos 25: 4-5 NTV
Hubo un momento en mi vida en que me encontraba hablando con una amiga. Siempre había tenido la oportunidad de aconsejar y pasar estudiando la palabra junto a otras mujeres, pero ese día ocurrió algo diferente. Una amiga me pregunto compungida “¿Cómo me amo a mi misma?”
Luego de unos minutos de silencio y cálidas miradas entre ambas le conteste: Amarte es un proceso. Esa fue mi respuesta a una pregunta tan profunda, pero en mi corazón no encontré otra respuesta. No fue una sin sentido fue una respuesta cargada de ciertas experiencias que me llevaron a esa conclusión.
Todas tenemos una historia; esto es lo que nos convierte en mujeres diferentes. Somos mujeres excepcionales y nuestra identidad la encontramos en Dios. Quiero compartir algunos detalles que considero importante y he aprendido a lo largo del camino:
• El amor conlleva esfuerzo.
Comprende que el amor no nace de un momento a otro. No descuides tu corazón. Muchas veces vemos el amor como algo carente de significado sin embargo el amor nos llena a plenitud cuando reconocemos que podemos atravesar cada momento de crisis y tristeza en nuestra vida y que todo forma parte de un proceso. Perdónate todas aquellas cosas con las que te has lastimado y decide vivir un tiempo diferente en tu vida.
“Aguarda en el Señor; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera en el Señor”
(Salmos 27:14)
• Amarte comienza con una decisión.
Tomar decisiones no es nada fácil, surgen interrogantes, dudas y miedos. Comprométete contigo las decisiones son permanentes y cortan con aquellos sentimientos de inferioridad que constantemente atacan nuestra mente.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6)
• No eres perfecta.
Vamos deja de criticarte constantemente creo que esto es algo que nos drena y causa mucha presión en nosotras. Cuando no vemos el potencial que tenemos es porque nos centramos en las cosas que nos faltan por desarrollar y que posiblemente no las vemos realizadas en nosotras por lo que no nos percatamos de las cualidades que tenemos y que nos hacen únicas y diferentes.
“Yo Soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1)
• Disfruta de ti.
Hoy día esto lo pasamos por alto en muchas ocasiones cuando disfrutar de estar con nosotras mismas debería ser una prioridad y no lo último en la lista del diario. Merecemos la oportunidad de conocernos más y descubrir nuevas habilidades.
“Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor” (Salmos 37:4-5)
• Fuiste maravillosamente creada.
Acepta quien eres, no eres cualquier cosa como posiblemente muchos a tu alrededor te han hecho creer. Se una mujer dispuesta a enfrentar cambios, aceptar tus ideas, errores y a luchar por tus sueños. Se una mujer dispuesta a aprender. Complácete en verte cada día frente a un espejo y no te juzgues.
“Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!” (Salmos 139:14)
Amarte es un proceso que durara toda la vida, no se consigue con ningún truco, pero si se consigue con determinación y voluntad. No te aferres al pasado aun tienes un presente que vivir.
Bendiciones,
Yaileen Caba
© 2016 Pote de Sal