Evangelio Social

No sé si estás familiarizado con este término, pero te cuento que estuve leyendo unos manuales de los publicadores de Senda de Vida, cuyo contenido se basan en temas para jóvenes y uno de ellos tenía como título “Escogidos con Responsabilidad Social”; y esto captó mi atención. El autor hablaba sobre la iglesia y SU responsabilidad. 

Ahora, comienzo preguntándote qué es la iglesia para ti. No sé cómo la visualices, pero no se basa de cuatro paredes, no es solo un edificio— la iglesia somos TÚ y YO.

Repasando esto, entonces ¿cuál es (o son) la(s) responsabilidad(es) de la iglesia?— Evangelizar. Y, ¿qué es el evangelismo?— Llevar las Buenas Nuevas de salvación a todo ser humano. Pero, ¿qué es el evangelio social cuando ya existe el concepto “evangelio”?

Te explico, éste se basa en ayudar a la gente en sus necesidades cotidianas, ya sea con alimento, vestimenta, vivienda y hasta económicamente. La realidad es que ambos conceptos tienen su diferencia, y tal vez una tenga más peso (sea más practicada) que la otra en las iglesias; aún así, si nosotros unimos estos dos términos, es decir, si juntamos la palabra de Dios que es vida y es eficaz, y la combinamos con una ayuda social para nuestra ciudad, ¿crees tú que el concepto que el mundo tiene de las iglesias cambiaría? ¡Por supuesto que sí! Y es que, la iglesia está diseñada para dar más de lo que pueda recibir. 

Según relata la Palabra de Dios en 2da de Corintios capítulo 8, noté que Pablo llegó a sorprenderse ante la generosidad de las iglesias de Macedonia, que mientras pasaban por momento difícil, estaban ayudando a otros hermanos en Cristo de otro lugar, dándoles de sus ganados, dinero… en fin, lo que tuviesen. Pablo especifica que este grupo de hermanos dieron con todas sus fuerzas y más allá de sus fuerzas. De esto se trata, de dar más sin esperar nada a cambio, por más difícil que sea, porque el que siembra escasamente, escasamente segará; y si con generosidad siembras, generosamente segarás. (2 Corintios 9:6)

Esto que acabas de leer, cambió mi pensar hacia el evangelio, y como meta tengo el practicar el evangelio social. Es importante que entiendas que practicar el mismo, no implica dejar a un lado el compartir la Palabra de Dios, pues ambas cosas se complementan. No podríamos llamarlo evangelio social, si de una vez no se evangeliza. Si nos proponemos a cambiar la perspectiva del mundo hacia la iglesia, a su vez cambiará la idea que tengan ellos acerca de Jesús. Jesús mismo lo practicó, pues sanaba al enfermo y daba de comer al hambriento (recuerda la historia de los panes y peces). 

Cuando leo estas vivencias, me doy cuenta de que hubieron más actos que sermones. Es por esto, que te invito a animar a los tuyos a ser personas que actúen, y juntos reaccionemos con bondad y misericordia ante la necesidad que tiene nuestra sociedad. 

Sé de bendición, dondequiera que vallas.

Shirley

© 2016 Pote de Sal 

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