Hace varias semanas en el primer escrito de la serie hablábamos de la fidelidad en diferentes áreas y roles en nuestras vidas. Mencionamos que un verdadero hombre de Dios es fiel en lo poco, que su nivel de fidelidad afectará todo en su vida y que somos fieles cuando nuestras acciones demuestran obediencia hacia Dios y su palabra. Por último, mencionamos que debemos ser fieles aún cuando nadie nos vea. Quise rescatar estas frases del último escrito, ya que encuentro que no podemos ser fieles sino estamos agradecidos y conscientes de lo que tenemos y valoramos.
“Y todo lo que hagan o digan, háganlo como verdaderos seguidores del Señor Jesucristo y denle gracias a Dios el padre por lo que Cristo ha hecho por ustedes.»
-Colosenses 3:17
Debo admitir que recientemente he estado pasando por un proceso un poco difícil. No entraré en detalles porque eso será parte de otro escrito. Pero estoy seguro que al igual que yo, has pasado por algún proceso. ¿Recuerdas ese “feeling” de cómo nos sentimos cuando los días no son fáciles? De esos días que estamos cansados de alguna situación y no vemos la hora en que las cosas cambien por fin. Y esto sucederá con frecuencia, ya que llegarán situaciones a nuestras vidas que no esperamos o contábamos con ellas. Esto puede hacer que dejemos de ver las cosas con claridad. Ahí esta el verdadero problema, cuando comenzamos a ver todo lo que está mal, lo que nos limita y lo que no tenemos.
Los procesos tienden a abrumarnos. De cierta manera esto hace que perdamos la perspectiva de quienes somos en él (Colosenses 3:15). Es como si olvidáramos por completo todo lo que tenemos, las experiencias que Dios ha permitido en nuestras vidas, (Filipenses 4:11-13) y las bendiciones que ha provisto. Esas ocasiones en donde él nos sacó del hoyo, esa oración contestada. Es como si nos convirtiéramos en el pueblo de Israel (Jueces 2:12-13) que luego que Dios lo liberó de la opresión y esclavitud de los egipcios, lo hizo caminar por el medio del mar. A la primera adversidad que nos enfrentamos, olvidamos completamente todo lo que hizo, lo que hace y lo que hará en nuestras vidas (Salmos 78:42). Dejamos atrás las memorias de quiénes somos, en quién está puesta nuestra confianza y las experiencias que Dios ha permitido para formarnos (Colosenses 3:16).
Recientemente hablaba con mi novia Miredys acerca de los procesos y recuerdo esta frase que ella dijo: Los procesos están para sacar una mejor versión de mí. Ese es el verdadero propósito de ellos, pulirnos y hacernos mejores aun cuando no lo parezcan o no lo entendamos (Santiago 1:2-4, Romanos 8:28). Al igual que a mí ¿te ha pasado esto? Hemos permitido que las situaciones, nos lleven a dejar de vivir agradecidos. Por lo cual no podemos ser fieles, ya que para poder serlo tenemos que comenzar por ser agradecidos y valorar lo que Dios nos ha permitido tener, pasar y superar en nuestras vidas.
«Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de ustedes, como cristianos que son.»
-1 Tesalonicenses 5:16-18
Quisiera compartir contigo 3 consejos que nos ayudarán a ser agradecidos:
• Recuerda Dios siempre nos dará lo necesario – Dios conoce y suplirá nuestras necesidades dentro de su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta (Mateo 6:31-32, Romanos 12:2). Podemos confiar y estar agradecidos porque Cristo lleno nuestra necesidad, al morir en la cruz por nosotros. Te ha dado familia, amigos, un hogar, trabajo, una iglesia, tantas cosas esenciales en nuestras vidas que en ocasiones las olvidamos. Dios continúa supliendo cada día aún cuando no te puedas dar cuenta (Hebreos 4:16).
• Dejemos de pensar en lo que no tenemos – Hace tiempo escuché a alguien decir: “Cuando somos agradecidos todo lo que tenemos es suficiente”. Si solo pensamos en lo que no tenemos jamás aprenderemos a valorar lo que sí tenemos, lo que Dios en su gracia nos ha dado, aun cuando no lo meremos. Cristo fue suficiente, vino a darnos vida, vida en plenitud (Juan 10:10). Piensa en lo que Dios te ha dado y te ha permitido pasar y cómo esto puede ser de bendición para otros. Ahí encontraras la verdadera riqueza.
• Evitemos las comparaciones – Constantemente nos fijamos en lo que otros tienen, lo bonitas que se ven sus vidas a través de las redes sociales. Comenzamos a comparar, quizás pensamos que bien le va en su trabajo, tiene un carro lindo, su novia es linda, que grande es su casa, siempre esta “jangueando”, pasándola bien entre amistades. Y sin darnos cuenta, perdemos de perspectiva de lo que realmente es importante. Cuando comparamos, le restamos valor a lo que somos y lo que tenemos con lo que aparentemente otros alardean tener. Sin darnos cuenta le decimos a Dios que lo que nos ha dado no es suficiente o que necesitamos lo que otros tienen para estar satisfechos. Como dirían nuestras abuelitas “las apariencias engañan”, no todo lo que vemos es la realidad. Pablo nos habla en 1ra de Timoteo 6:6-8, que la devoción de un seguidor de Cristo nos trae contentamiento y satisfacción con lo que tenemos. Valora lo que tienes y no lo compares.
Chicos, un verdadero hombre de Dios valora, ama y agradece todo lo que Dios en su soberana voluntad ha puesto, permitido y suplido. Así que Esta es la segunda característica que distingue a un hombre de Dios en nuestra serie “Machos Alfa”.
Que el deseo de nuestro corazón sea estar agradecidos sin importar lo que pase.
Me gustaría poder hacerte un pequeño “Challenge”. Cuando compartas este escrito añade 3 razones por las cuales estás agradecido. Mas abajo te comparto las mías.
1. El sacrifico de Jesús para darme salvación.
2. Su gracia inmerecida la cual me brinda una segunda oportunidad.
3. Familia y mi novia Miredys.
Darío Cortés Dioses.
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