Tu Canasta

Uno de los milagros más sorprendentes que podemos apreciar en los evangelios, fue la multiplicación de los 5 panes y 2 pececillos alimentando a 5 mil personas (Juan 6). Este evento imprime en mi vida varías enseñanzas, como lo es el alimento físico y el alimento espiritual.

En los antepasados vemos como se utilizaban diversos utensilios para cargar alimentos o componentes para la preparación del mismo. Estos eran vasijas, canastas entre muchos más.

Ahora bien, cuando mencioné el alimento físico y el alimento espiritual, me refiero a la importancia que se le debe dar a la canasta espiritual, puesto que gana mayor peso que la canasta de alimento físico. Y esto no te lo escribo por crear sensacionalismo, sino que aparte de la enseñanza que tenemos en su palabra, lo he vivido en el transcurso de mi vida con Dios.

Uno de los tantos acontecimientos de esta índole, donde el punto de partida fue mi hogar, se refleja en esos momentos donde la canasta física se vaciaba y la prioridad de mi Padre en ese momento era llenar su canasta espiritual y créanme todo lo demás llegaba sin demora alguna. (Mateo 6:33)

Hoy te invito a reflexionar sobre la canasta a la que colocas como prioridad, donde concentras tus pensamientos, esfuerzos y hasta tus preocupaciones. Jesús brindó una enseñanza de primera a sus discípulos, ellos fueron alimentados espiritualmente en primer lugar y luego pudieron saciar a miles, a través del milagro maravilloso de multiplicación que hiciera Cristo.

Aunque las canastas se vacíen, existe una que permanecerá en abundancia y es la del manjar que alimenta nuestro espiritu, la palabra de Dios.

Con Cariño,

Betzy

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