SENTIDOS – Ver al Señor sin aún haberle visto

Como humanos hemos sido dotados de cinco sentidos necesarios en la vida: la vista, el oir, el olfato, el gusto y el tacto. Reconozco que no cuento con el papel suficiente para escribir de estos cinco tópicos, pero al menos, quiero llevarte el mensaje a través de dos de ellos.

Tomando como punto de partida el sentido de la audición, aprendemos en el libro mayor que la palabra viene por el oir: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Entonces tomando este texto por uno impresindible en ti y en mí, me lleva a comprender que debo cuidar grandemente lo que escucho, pero que a su vez, debo velar la palabra que sale de mi boca para otros, y las intensiones envueltas; las que deben ser siempre para edificación y no para maldición, para construir y no para destruir. Vamos, internaliza como hijo de ministro esta gran responsabilidad; al final del día sin darte cuenta, ni tan siquiera estando a la espera de algo sobrenatural para tu vida, siembras una bendición recíproca.

El sentido de la vista es otro factor escencial, la vista nos proporciona seguridad a la hora de una búsqueda, la vista educa, crea alerta, crea prevensión, y demás. A través de la vista, nutrimos nuestra mente y espíritu cuando activamos un plan de lectura, o tambien cuando otros te observan e inspiras y regalas un testimonio que les sirve de refugio en todo tiempo.

Cuán maravilloso es poder apreciar la presencia de nuestro Creador cuando conectamos los sentidos en Él y para Él, simplemente es una dulzura. Un deleite que crea un regocijo sinigual. ¿Te ha pasado que cuando platicas con Él, de la nada sales llorando y a su vez sientes calma? En ese momento sabes que Dios está ahí, de una manera particular lo estas viendo en tu momento de meditación. Su silencio es necesario, y cuando es urgente entregarte una palabra, el mecanismo que sabiamente utiliza es uno sin adjetivo alguno, porque el hecho de describrir la grandeza del Señor me parece que las palabras en el diccionario se quedan cortas. Al menos dire una: ¡Es genial!

Nuestro rol envuelve mucho mas allá que tener la etiqueta o el título de ser el “hijo de Pastor”, tenemos funciones valiosas que ejercer. Te tropezarás con el panorama perfecto para mostrarle a Jesús al que no cuenta con la bendición de escuchar, como también al que no ve. La falta de audición y vista física no limitará a esa vida de tener un encuentro con el Todopoderoso; aquí es donde entra la grandeza del Señor, que aún en cualquier circunstancia, Él se deja ver.

Ahora bien, quiero llevarte a meditar y te hago la siguiente pregunta: ¿A caso un ciego de nacimiento podrá ver al Señor? La respuesta es sí, lo podrá ver en el momento que escuche y conozca de Él, lo podrá ver en lo que puedas aportar a su vida, lo podrá ver en tu relación con ésta persona que tiene cierta limitación. La vida lo limitó en un aspecto, pero jamás sera una interrupción en el plan extraordinario que Dios quiere hacer en él.

En esta navidad y siempre, que tu alerta sea llevar todos tus sentidos de una manera lineal, que estén mas unidos que nunca y puedas discernir y disfrutar de la presencia de Dios en todo. Solo busca el cargador o tu batería extra y recárgate en Él. Él está, puedes ver al Señor sin haberle visto.

Con todo el Cariño,
¡Betzy!

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