Limitar la mirada hacia quienes somos, crea normalmente un tipo de enfrentamiento con nuestra identidad, nuestras emociones y hasta la manera de pensar. ¿Porqué hago mención de crear “límites”? Es que se pierde de perspectiva la fórmula perfecta, Dios. Con esto no te digo que a Él lo dejemos a un lado, no. Más bien que nuestra mirada en ocasiones puede perder sentido, y concentra esfuerzos en ver nuestra humanidad pero no entender como Dios nos ve.
Ahora bien, cuando estas disfrutando de esta gran experiencia como hijo de Ministro, automáticamente nos lleva a un escenario (en el mayor de los casos), que abre paso a posiciones de liderato. Ya en este marco, comienza este único careo con tu yo interior, primeramente identificando lo que debes modificar en tu vida, según tu criterio, según tu vista y según la exigencia de tu entorno. Darle forma a nuestro crecimiento está perfecto, el detalle está cuando nos enfocamos únicamente en nuestras debilidades y caemos en un círculo de anhelar un cambio pero con nuestras propias fuerzas basado en tu óptica.
En su libro (des)Calificado, el gran Steven Furtick comparte tres pasos importantes que van alineados a la manera de como Dios nos ve:
- La aceptación incondicional de Dios
- Tu propia aceptación, incluyendo tus debilidades
- Tú aceptación del proceso de cambio de Dios
Recientemente mi lado humano activó señales de ver solo mis áreas de oportunidad, llegó la frustración, claro que sí, también el desespero, la impotencia y otras tantas cosas más. Pero mientras yo solo tenía ojos para mirar lo negativo, Dios se encargó de dejarme saber, que la balanza se inclinaba más hacia mis fortalezas, mis logros, y lo que Él ha depositado en mí, que la atención que yo le prestaba a pequeñeces.
Date la oportunidad de verte desde el lente de Dios, rompe los límites y comienza a disfrutar de lo hermoso que Él te ha entregado.
El Pastor Steven, también dijo : “Cuando entiendes cómo te ve Dios, descubres la libertad y la autoconfianza que Él quiere para tu vida”
Con todo el cariño,
Betzy