¿Cuál es tu falla?

Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre;
más el consejo de Jehová permanecerá.

Proverbios 19:21

Soy una persona un poco impaciente cuando se trata de esperar en una cita, diligencia o por comida … jaja, no me gusta esperar más del tiempo que considero adecuado y de seguro te identificas conmigo. Estamos acostumbrados a que todo sea rápido. Esperar es aún una escuela para mi ¡Aún es algo en lo que voy aprendiendo! Hace unos días me encontraba esperando que un empleado imprimiera unos documentos importantes. Tenía prisa, ¡los quería ya! Sin embargo, el empleado dio tantas vueltas y no sabía cómo mandar el comando a la impresora. Mi nivel de estrés aumento, comencé a respirar profundo mientras en mi mente pensaba “¿Hasta cuándo debo estar en esta sala de espera para que me den mis documentos?”, “¿Por qué no puedo entrar al área y hacerlo yo? Yo puedo manejarlo”. No estaba reconociendo que, en la vida, aunque queremos arreglar todas las cosas a nuestro favor Dios nos manda a descansar, entregar, trabajar y esperar en Su obrar. El desespero se estaba apoderando de mí, pero Dios estaba utilizando esa experiencia para hablar a mi interior y enseñarme a reconocer aquellas áreas que aún necesitan ser reforzadas. Es por eso que hoy deseo compartir contigo 3 fallas que nos atacan a nosotras como mujeres:

• Siempre queremos tener el control

No podemos controlarlo todo. No somos dueñas del mundo, no podemos hacerlo todo. Hace un tiempo me hice la siguiente pregunta ¿Por qué considero que Dios ha llegado tarde? e inmediatamente en medio de mis charlas con Dios pude comprender que lo que nos lleva a pensar que Dios llegará tarde es nuestro deseo de tener el control. Cuando nos enfocamos solo en controlar las cosas que no podemos controlar nos gastamos emocionalmente. Cuando se trata de ceder el control pensamos que Dios se va a demorar porque nosotras queremos «acelerarlo» todo. La fe significa esperar a Dios con paciencia.

• No reconocemos que fallar es algo correcto

Constantemente se nos ha enseñado que fallar es algo negativo. Sin embargo, cuando fallamos corregimos aprendemos y crecemos. Diariamente Dios permite que choquemos y nos veamos frente al espejo para conocer las debilidades que tenemos y que nuestra autosuficiencia no nos permite ver.

•No reconocemos que Dios siempre está

A diario pensamos en las consecuencias negativas que pueden suceder con determinada situación y no pensamos en las posibilidades gloriosas en las cuales Dios puede manifestarse y obrar a nuestro favor. Dios siempre está obrando, pero sabemos que hemos perdido nuestro norte en Cristo cuando nuestras metas se vuelven lo primordial en nuestra vida, llega la frustración a apoderarse de nuestros días y nuestro tiempo con el ya no es tan importante como lo era antes. Nuestra impaciencia no altera el plan de Dios, nos afecta a nosotras mismas.

Los sueños en Dios se cumplen. Esperar no significa detenerse. Toda la palabra que sale de la boca de Dios será prosperada (Isaías 55:11). Por lo cual no tenemos que preocuparnos por el cuándo y dónde. Dios se encarga de ordenar las cosas de una forma perfecta e incomprensible para nuestra humana.

Te preguntarás en que termino mi historia en el centro de impresión. Bien, obtuve mis documentos una hora después de haber llegado jaja, pero Dios me dio este escrito para que fuera de bendición a tu vida. La espera valió la pena. Cada mañana es una buena oportunidad para preguntarle al Señor ¿Qué quieres para mí? ¿En qué área debo mejorar hoy?

Muéstrame tu misericordia por la mañana,
porque en ti he puesto mi confianza.
Muéstrame el camino que debo seguir,
porque en tus manos he puesto mi vida.

Salmos 143:8 RVC

Con amor,
Yaileen Caba

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s