Antónimo

Una cosa he pedido al Señor, y esta buscaré: que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo.

Salmos 27:4

Todos los días a pesar de que se lleve una agenda diferente o particular, o por si por el contrario se abraza un estilo rutinario, nada define que cada día será uno igual.  De repente llegarán los famosos “imprevistos”, dando acceso posiblemente a grandes cambios.  Y si a esto le sumas que por lo regular, rara vez toman un rol singular, sino que en su mayoría son plural, entonces el panorama se torna más interesante aún.

Precisamente así debo nombrar éstas últimas semanas, unas “interesantes” (por llamarlas de alguna manera).  Se activó el gran “team” (los imprevistos). Y que se hace en ésta situación? Me preguntaba una y otra vez, sin hallar respuesta alguna, aunque estaba consciente que mi primera opción era y siempre debe ser ORAR y clamar a mi Padre. 

Pude experimentar diferentes maneras en las que Dios quería hablarme, acariciarme, y abrazarme. Entonces me percato que mis sentidos siempre deben estar prestos y activos para ver la grandeza de Dios, aún en medio de cualquier dolor que se experimente.

Es que lo relato y aún así no dejo de asombrarme; ha sido la ocasión donde Dios insistentemente ha demostrado su presencia en mi vida.  A través de una canción, de un texto bíblico, un post, de un audio, en fin maneras muy variadas.

En un momento dado, donde me senté a platicar con una persona muy especial, me decía “Betzy concéntrate en mirar la hermosura de Dios en tu prueba”.  Palabras que se impregnaron en mi corazón y en mi ejecución devocional. Pero saben que? Esas palabras fueron las más bonitas “las posibles” en mi humanidad, porque en la fila de ese diálogo, le seguía otras que no fueron de mi agrado “las difíciles”. Fue la parte cuando éste joven me dice “Abraza tú proceso y ámalo”; dentro de mi yo decía “como voy amar algo que me está robando la paz, las fuerzas y el valor?” 

Ahí es donde precisamente Dios nos quiere llevar, a donde aceptemos la voluntad de Él, que siempre será una agradable y perfecta.  A sumergirnos en ese manantial de aguas profundas, donde desarrolla un carácter de Adorador en ti y en mi.  

Cuanto él nos quiere entregar, pero antes de esa entrega, Él desea mostrarte que siempre está presente, que si necesitas descanso, se encargará de llevarte a esos delicados pastos a descansar <Salmos 23:2>; y luego que logres entender que NADA es im-Posible para Él y que en su diccionario no existe tal palabra, solo prevalece ese antónimo de tanto valor.

Él es el Dios de lo POSIBLE!

Con todo el cariño,

Betzy

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