Una vez me dijeron: “Si ves la necesidad, te toca a ti.”

Desde ese día comprendí que todos somos la pieza de un rompecabezas, con dones que forman parte de los planes y propósitos que tiene Dios para cada una de nuestras vidas.

Cuando estamos en el centro comercial y le abrimos la puerta a la persona que viene detrás, cuando das las gracias a aquel que te asistió en algún lugar de comida, cuando le dijiste un Dios te bendiga al deambulante que ves a diario camino al trabajo, cuando estás en un tapón y en lugar de quejarte colocas adoración, cuando te preguntan qué te gusta hacer y en lugar de decir  “ir a una discoteca” dices: «prefiero ir al cine». Aunque no lo creas, con estos pequeños detalles nos convertimos en agentes del reino y mostramos nuestro carácter cristiano.

Pero, ¿por qué cuando nos dicen: «vamos a evangelizar», muchas veces nos entra un cosquilleo de nervios?  Cuando, realmente, todo el tiempo estamos evangelizando.

Tenemos el testimonio, la Palabra de Dios y su conocimiento, así que no tenemos que sentir miedo a la hora de salir a evangelizar.

Es por esto que te pregunto: ¿Qué pieza del rompecabezas quieres ser: la que une o la que dude?

¡Recuerda! Dios te conoce, conoce tus anhelos, tus miedos y todo acerca de ti. Por tanto, cuando vaya a utilizarte captará tu atención en base a todo lo que Él de ti conoce y pondrá en tu corazón las palabras y la forma correcta de alcanzar vidas para su reino. Así que nunca olvides que sin ti el rompecabezas estaría incompleto.

Si viste la necesidad es porque tu pieza debe estar en ese lugar.

Las cajas del rompecabezas no traen piezas extras. Así que, ¿qué te hace pensar que tu pieza no tiene propósito?

Natalia