Mas que un rol, una responsabilidad

En una ocasión, observando la dinámica y comportamiento de unos grandiosos niños que son hijos de Pastores, llegaba a mi mente los roles que le esperan una vez ellos completen un grado mayor de edad y madurez.  Por el momento a raíz de su corta edad, ellos se encuentran disfrutando de la etapa más exquisita, la etapa de crecimiento, continuo aprendizaje, cero preocupaciones, la palabra “deuda” no existe en su diccionario, jugar, jugar y jugar.  El ciclo más relajante y divertido de todos. ¡¡¡Qué gran Vida!!!

Cuando a estos chicos, le toque seguir enfrentándose a lo que implica ser un hijo de ministro, estoy segura llegarán a entender que más que un rol que ejercer, existe una gran responsabilidad que cumplir.  Y hoy precisamente, quiero llevarte a internalizar que esto no se trata de ser hijo de “fulano de tal” porque fue lo que me tocó vivir, no funciona así.  Existe un llamado, donde cada componente de la familia tiene una responsabilidad peculiar y distinta.

Ahora bien, hay una dinámica grandiosa en la biblia y se trata del momento cuando Moisés envía a Josué a batallar contra los amalecitas y le promete que mientras éste se encuentre en el enfrentamiento, Moisés le brindará apoyo desde una colina con su presencia.  El dirigente al mando del Pueblo de Dios hizo lo propio, mas no subió solo, sino que tenía dos escuderos, Aáron y Hur. Un acto impresionante lo fue, cuando Moisés con vara en mano alzaba sus brazos, esto provocaba que los israelitas comenzaran a ganar el desafío, en cambio cuando Moisés bajaba sus brazos (humanamente se cansaba), sucedía todo lo contrario, el panorama cambiaba a favor de los opositores.  Incluso, estos dos grandes hombres que fungían como sus acompañantes, también tenían un rol que poner en práctica.  Imagino a estos dos grandes hombres diciendo “Moisés ya tenemos la idea perfecta para obtener la Victoria, sostendremos tus manos, porque el pueblo de Dios gana este capítulo porque lo gana”.

Ciertamente la Victoria fue recibida y esto nos enseña qué hay victorias que solo se ganan cuando en familia cada miembro se puede unir, ya sea dando apoyo, intercediendo, ayunando… en fin, buscando todos unánimes una solución. Habrá situaciones que provoquen que las fuerzas mengüen y es entonces cuando tomamos el rol de alentarnos los unos a los otros. Así se mantiene firme (no perfecta) una casa pastoral, cuando hay amor, comprensión y respaldo de todos los que la constituyen en cualquier crisis.

Cada rol envuelve una responsabilidad, hay muchos más en la vida ministerial.

¡Te los compartiré en la próxima!

Con todo el cariño,

Betzy

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