Como han notado, estamos viviendo en un momento histórico. Es un tiempo donde hemos tenido que distanciarnos, donde la forma de relacionarnos es diferente, donde la forma de hacer mercado es diferente, entre muchas otras actividades cotidianas que ahora se han vuelto complejas y hasta cierto punto incómodas. Sin embargo, no todo ha sido malo. Hay personas que a raíz de pasar tiempo a solas han descubierto talentos, hay otros que hay comenzado su propio negocio, hay personas que al trabajar desde la casa tienen la oportunidad de cuidar de sus hijo/as, etc. Así que, aunque todos estamos viviendo en medio de una pandemia, hay diferentes formas de ver un mismo evento.
Hay personas a las que este tiempo le ha permitido acercarse a Dios; pero, hay otros/as que se han alejado. Tal vez sigas “congregándose” por Zoom o Facebook Live, pero muy dentro de ti sabes que ya tu relación con Dios no es la misma. Son tantas las distracciones que se te hace difícil sacar un tiempo para Dios; o quizás el desánimo ha llegado a ti. En ánimo de extenderte mi mano, quiero hablarte de una práctica creativa en las que puedes mantener tu vida devocional.1
Nuestra meta primaria debe ser el que seamos más como Jesús.
La práctica que quiero compartir con ustedes se le conoce como lectio divina. La lectio divina viene del latín lectura divina. Esta práctica consiste en leer un texto bíblico de un modo particular, siguiendo cuatro movimientos/pasos:
- Leer el texto por primera vez – esta vez es para familiarizarte con el texto
- Leer el texto por segunda ver – escucha el texto, dónde y quién soy en el texto, cómo este texto se conecta con lo que ahora estoy viviendo (cómo se conecta con tu vida personal). Imagínate como parte del pasaje.
- Leer el texto por tercera vez – cómo responderías al texto, ¿Esta Dios haciéndome una invitación? Es un reto, es una oportunidad para arrepentimiento, es una bendición o una promesa, etc.
- Leer el texto por cuarta vez – descansa en la presencia de Dios, permite que el mensaje hable a tu corazón y ven a ser confortado/a por la Escritura.
Esta práctica puede ayudarte a mejorar tu relación con Dios, por medio de la meditación de la Palabra. Nuestra meta primaria debe ser el que seamos más como Jesús y esta estrategia puede ser una de las muchas formas en las que podemos alcanzar la meta. En el próximo escrito les estaré hablando sobre la visio divina.
Bendiciones
Jennifer Maurás
[1] La vida devocional es el hábito diario de separar un tiempo a para comunicarnos con Dios. Este hábito es necesario y provechoso. La lectura y la oración, son dos disciplinas espirituales muy importantes que ayudan grandemente cuando se busca el crecimiento espiritual.
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