Creo que todos podemos estar de acuerdo en algo: no todo el tiempo nos sentimos con ganas de adorar. No todo momento en nuestra vida provoca necesariamente una alabanza que salga de nuestros labios. Hay momentos en los que la vida no nos va como se supone; sueños sin cumplirse, puertas cerrándose que estabas seguro de que eran para ti, una enfermedad inesperada, la pérdida de un ser querido, una mala noticia en general. Son momentos en los que “la música se apaga”. Es válido ese sentimiento en nosotros, que sentimos que de nuestros corazones no salen ni las palabras y que nuestra lógica nos dice que no hace sentido reconocer a Dios, porque simplemente no estamos viendo su mano obrar.
El mundo nos enseña a “fluir con la corriente”, que “si no veo a Dios él no está y punto”. Error grande que cometemos, porque nuestra adoración no se debe basar en las circunstancias. Te diré más, nuestra adoración es mucho más efectiva cuando “la música se apaga”; cuando no estamos viendo razones para cantar o estar alegres. Es ahí, donde la adoración produce resultados y rompimiento. Hay algo que siempre ha estado grabado en mi corazón y es que, si vivimos una vida cómoda todo el tiempo, y solo adoramos a Dios en los momentos buenos, ¿en dónde está el crecimiento? Si no hay momentos en los que nos encontramos atrapados, en donde pensamos que no hay otra salida, ¿Cuándo Dios va a mostrar Su mano?
Te voy a dar ejemplos de momentos bíblicos en donde “la música se apaga” y estas personas han hecho su propia música para cambiar sus situaciones a su favor:
- Pablo y Silas presos (Hechos 16: 11-40)
- Encarcelados. Sin lugar a donde ir, sin aparentes esperanzas de poder salir. Pero ellos adoraron, y causaron algo tan poderoso que fueron liberados de la cárcel.
- Ana, la madre de Samuel (1Samuel 1)
- Ana estuvo mucho tiempo sin poder darle hijos a Elcana, su esposo. Tuvo que aguantar las constantes burlas de la otra mujer de su esposo, Penina, quien sí tenía hijos. Para Ana, la música nunca sonaba, pero ella fue al templo he hizo su propia melodía cuando acudió a Dios y derramó su corazón delante de Él. Ya sabemos lo que pasó luego de ese momento: Nació Samuel el profeta y último juez de Israel.
- La amenaza a los judíos de parte de Amán (Ester 3:8-9)
- Amán procuraba destruir a todos los judíos en la tierra donde Ester era reina. Esta no fue una noticia muy alentadora para ella, porque era también judía. Sin embargo, nadie en el palacio sabía que ella era judía, y temía lo que podía pasar si lo llegaban a descubrir, especialmente el rey Asuero, su esposo. Sin embargo, aunque parecía que la música se había apagado para ella, decretó un ayuno e intercedió por su pueblo. Y aunque su vida estaba en riesgo, dijo la famosa frase “si perezco, que perezca” (4:16). Ester hizo su propia melodía en medio de la crisis, y salió victoriosa.
Haz tu propia melodía, canta tu propia canción, y verás como provocaras un movimiento glorioso de Dios en tu vida. La adoración es la llave que hará que la atmósfera cambie a tu favor.
La adoración es la llave que hará que la atmósfera cambie a tu favor.
¡Sigue adorando!
Daina Liz
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