Como es de conocimiento general, la pasada semana se estuvo celebrando lo que comúnmente se le llama la “Semana Mayor” o “Semana Santa.” Mientras me preparaba para el servicio de “Domingo de Resurrección” estuve reflexionando en un pasaje que se encuentra en el evangelio de Juan 20:1-18. Algo que llamó mi atención es que en este evangelio se dio énfasis especial en la experiencia que tuvo Maria Magdalena como testigo de la resurrección de Jesús. Este hecho impacta aún más, si tomamos en consideración el contexto cultural en el que sucedió.
Varios de los puntos que este evangelio nos nuestra son:
1- Maria Magdalena (junto con otras mujeres) fueron las primeras en llegar al sepulcro.
2- María Magdalena fue quien dio aviso de que el cuerpo de Jesús no estaba en el sepulcro.
3- Luego que los discípulos fueron a ver lo que había sucedido, decidieron irse, pero María Magdalena se quedó.
4- Ella fue la que habló con los ángeles.
5- Maria Magdalena fue la primera persona con quien Jesús conversó luego de Su. resurrección.
6- Jesús le asigna a Maria Magdalena una encomienda de ser voz evangelística (debía anunciar que Jesús había resucitado.)
En esa corta pero profunda conversación que Jesús tuvo con Maria Magdalena vemos como él en primer lugar se interesa por su dolor, luego le llama por su nombre y finalmente le confía una tarea muy importante: compartir un mensaje que cambiaria el rumbo de la humanidad, marcaría la historia y mensaje que será repetido hasta el fin de los tiempos.
Confieso que aunque llevo varios años predicando, es la primera vez que estudié este pasaje enfocándome en la experiencia de Maria Magdalena. Este año pude compartir con mis hermanos y hermanas la importancia que la voz de esta mujer tuvo. Jesús pudo haberle hablado a los discípulos cuando fueron, pero no, él decidió que quien debía compartir las buenas nuevas debía ser una mujer.
Esta experiencia es una, de las varias veces, en las que Jesús le mostró al mundo que él si cree en lo que nosotras como mujeres podemos hacer. Mujer, si en algún momento alguien trata de silenciarte o menospreciar tus funciones, recuérdales que fue una mujer la responsable de cargar el primer mensaje evangelístico. ¡Mujer, tu voz tiene valor!
Jesus llegó a este mundo a cumplir una misión, María Magdalena tuvo una misión y hoy tú y yo tenemos una misión. Estamos invitadas a compartir la mejor noticia que jamás podamos recibir: ¡Jesús resucitó!
¡Mujeres, qué importante es nuestra voz!
Con amor,
Jennifer