Cada vez que recibo un cliente en terapia, uno de los aspectos que evalúo son los patrones de pensamiento que presenta. Identificar estos patrones me da información de cómo la persona piensa, se comporta, ve el mundo y se ve a sí misma. En el campo de la consejería trabajamos mucho con lo que el psicólogo y teórico, Albert Ellis, identificó como pensamientos o creencias irracionales.
Los pensamientos o creencias irracionales todo lo ven de una manera absoluta, son rígidos y expresan una obligación. Es por esto que están asociados a emociones o trastornos inadecuados como ansiedad o depresión. ¿Por qué? Cuando una persona tiene este tipo de pensamientos comienza a experimentar malestar y dificultad para realizar sus metas, tener una buena calidad de vida y, relacionarse con otros de manera saludable.
Veamos algunas de estas creencias irracionales:
- Necesito amor y aprobación de todos los que me rodean
- Para ser valioso(a) tengo que conseguir todo lo me propongo
- Es horrible que las cosas no salgan como yo deseo
- Debo pensar constantemente en que va a ocurrir lo peor
Así también, existen otras creencias como estas que afectan la salud mental y el bienestar de muchas personas aún dentro de nuestras congregaciones.
¿Qué sucede cuando identificamos estos patrones de pensamiento tan negativos y autodestructivos? Tenemos que trabajar para que la manera de pensar del individuo pueda ser más racional y flexible. A su vez, construir pensamientos que le permitan sentir las emociones de manera saludable, con responsabilidad y conocimiento.
Así que, dentro de las herramientas de ayuda, tenemos la Biblia como un gran recurso espiritual lleno de enseñanzas y promesas que nos ayudan a desarrollar pensamientos racionales, que nos infunden paz, esperanza, resiliencia, aceptación, confianza y amor.
¿Cómo la Biblia puede ayudarnos a desarrollar un pensamiento racional?
Necesito amor y aprobación de todos los que me rodean:
La realidad es que para ser felices y sentirnos completos no tenemos que ser amados y aprobados por todas las personas que nos rodean, de hecho, tampoco es algo real. El amor que verdaderamente necesitamos es el amor de Jesús que está disponible para nosotros en todo momento. Es un amor incondicional y puro que lo llena de todo.
«Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. 10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.» (1 Juan 4:9-10)
Para ser valioso(a) tengo que conseguir todo lo me propongo:
Nuestro valor no surge de las metas que alcanzamos o de aquello que poseemos. ¿Cuántas personas exitosas con una gran lista de logros o posesiones no se sienten valiosas ni autorrealizadas? Somos valiosos porque somos una creación maravillosa (Salmo 139:14), diseñada por el perfecto del Creador con un gran propósito. (Mateo 6:26; Lucas 12:24)
Es horrible que las cosas no salgan como yo deseo:
¿Te digo la verdad? No siempre las cosas saldrán como las deseamos. No siempre nuestros planes serán los perfectos ni los mejores para nosotros. Sin embargo, cuando confiamos en la voluntad de Dios, podemos entender que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28), que sus caminos y pensamientos son más altos (Isaías 55:8-9) y que siempre su voluntad es mejor (Efesios 5:17). Al final, no lo veremos como algo horrible, sino como algo necesario y de crecimiento para nuestra vida. Confía en que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
Debo pensar constantemente en que va a ocurrir lo peor:
No tenemos control de nuestro futuro, pero sí tenemos la capacidad de elegir en qué o quién pongo mi confianza. Cuando mi mente, en vez de estar llena de pensamientos irracionales, está impregnada de la verdad de Dios expresada en su Palabra, sus promesas serán mi garantía de que en cualquier escenario en el que me encuentre no estaré solo(a), sino que su paz, su fortaleza, su provisión, su amor y su cuidado me acompañan todos los días. Todas sus promesas demuestran ser verdaderas (2 Samuel 22:31 NTV).
Mi pasado determina mi presente y mi futuro:
Si algo Dios olvidó y enterró fue nuestro pasado. No podemos vivir un presente fructífero pensando aún en lo que ya pasó. Isaías 43:18 NTV dice: “Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer.” Cuando abrimos nuestro corazón a Jesús y nos rendimos a su voluntad es como una nueva historia que comienza a escribirse. Jeremías 29:11 nos recuerda que sus planes para nosotros son de bien y no de mal. Su deseo es darnos un futuro y una esperanza.
Corintios 5:15 NTV: Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
Si al leer este artículo identificas que algunos de estos pensamientos irracionales han saturado tu mente y están afectando tu bienestar, te invito a que reflexiones en la verdad de Dios. Comienza a confiar y a descansar en cada una de las promesas que Dios te ofrece en su palabra.
Les dejo con parte de un devocional que me compartió mi esposo sobre este mismo tema:
“La Biblia hace que este concepto del poder de nuestros pensamientos sea claro y simple: a medida que una persona piensa en el interior, en eso se convertirá en el exterior. Nuestro carácter se convierte en la suma total de todos nuestros pensamientos.”
Pd. La ayuda profesional también es un recurso útil para alcanzar el bienestar. Nuestra espiritualidad no debe competir con los recursos de ayuda psicológica, si no que pueden ser aliados en el proceso de sanidad interior.
–Miredys Valcárcel
Referencias:
Philip, T. (2007) La Terapia Cognitivo Conductual (TCC). Royal College of Psychiatrists.
Villa, Q. Manual: Las Creencias Irracionales según la Terapia Racional Emotiva de Ellis.
Versiones bíblicas utilizadas: Nueva Traducción Viviente (NTV) y Reina Valera 1960.