Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Mateo 5:13

La semana pasada asistí una actividad preciosa, donde estaban múltiples iglesias congregadas de manera responsable (por pandemia), para adorar al Dios vivo. El verso principal del mensaje llevado fue este verso que acabo de compartir; y pensé en Pote de Sal, y cómo esta plataforma nos ha dado la oportunidad de ser SAL a través de artículos que impartan fe, esperanza y muestren el amor de Dios. Tal vez te preguntas ¿por qué la comparación con la sal?; y es que, aunque puedo entrar en muchos detalles sobre su importancia, te traeré a la memoria una de ellas.

La sal hace la diferencia. Un alimento bien condimentado, con la cantidad necesaria de sal, hará que sea una delicia para nuestro paladar. ¿O acaso no se te ha olvidado alguna vez echarle sal al arroz blanco? ¿Verdad que no queda igual? Cuando pienso en Jesús hablándole a sus discípulos acerca de que ellos eran la sal de la tierra, pienso que, en otras palabras, les estaba diciendo “Ustedes hacen la diferencia en este mundo.”

Los discípulos estaban llamados a servir, a colocar sus talentos en manos de Dios para hacer cosas grandes, para impactar a una sociedad necesitada de algo distinto, algo con sabor único; y es esa sal. Tú y yo somos como esos discípulos, llamados a ser diferentes, a ser esa sal en este tiempo, llamados a servir.

Por lo tanto, que lo que estes haciendo para Dios tenga ese toque de sal, es decir, esa diferencia, ese sabor único que necesita el mundo para acercarse más a Dios. Oro para que tu servicio a Dios no sea en vano, y seas capaz de sazonar (impactar, dejar huellas) en todo y con todo lo que hagas.

Con amor,

Shirley